My Rain and You... Capítulo 18







¿Dónde estás?
¿Puedes realmente escuchar mis palabras?
…Confession





Todos vieron llegar a Shindong con sorpresa, este venía con la respiración rápida por el esfuerzo de correr hasta donde se encontraban reunidos.

   Sé dónde están. – les aseguró. — Hay una persecución en la carretera 14, yo me deshice de uno de ellos pero aún quedaban dos autos. – todos lo apuraron con la mirada — En uno de ellos llevan a Heechul, Siwon y los demás lo están persiguiendo.
   No hay tiempo que perder. – fue Kangin el primero en responder. — llévame hasta ellos Shin, debemos ayudarlos.
   Tú no irás, que vayan nuestros hombres. – el señor Kim puso su mano en el hombro de Kangin. — no voy a perder a otro hijo.
   Padre… — Kangin junto todo su aplomo. — Heechul no está muerto, entiendes… debo traerlo a casa.

La mirada dura que le lanzo Kangin al señor Kim hicieron que éste demostrara sus verdaderos sentimientos, bajo su dureza se encontraba una preocupación verdadera por su hijo y por el mismo Kangin, ignoraba lo que pasaba y temía por sus vidas.

   Padre no hay tiempo que perder, volveré a salvo y con Heechul. – le prometió Kangin.
   Tráelo a salvo por favor hijo. – el señor Kim se derrumbó ante los ojos de los que estaban presentes, nadie lo consoló.

Jungmo se le unió a Kangin, éste no se quedaría quieto esperando respuestas pues también uno de sus hermanos estaba en peligro. Se armaron de nuevo y con más hombres emprendieron la salida.

Lo que encontraron en ese lugar de la carretera 14 no se lo esperaban, la devastación encontrada, los cuerpos calcinados sin más testigos que las propias pertenencias de los mismos. No había nadie salvo los coches envestidos y el auto que antes se encontraba en llamas. La policía aún no llegaba como siempre.

Algunos hombres de los Kim fueron separados para recorrer la zona y encontrar sobrevivientes o alguna otra persona que les pudiera decir lo que ahí había pasado; otros más tuvieron la penosa tarea de buscar entre los restos calcinados algo que les diera el indicio de que había sucedido.

Jungmo y Kangin miraban a lo lejos, no querían pensar que alguno de los dos tuviera que lamentarse por las personas que se encontraban en ese auto. Kangin no vio extraño que el auto de Yunho y los demás estuviera vacío, pues el golpe dado al otro auto fue bastante fuerte que seguramente debieron quedar bastante heridos y sabía que, si bien les iba a esos tres habrían huido en busca de ayuda para sí mismos, y con la peor de las suertes los Han los tomarían para vengarse de alguna forma.

Jungmo por su parte no se explicaba cómo es que todo había terminado de esa manera, no sabía porque pero tenía un extraño presentimiento que lo acompaño desde que vio el coche calcinado. Sabía que su hermano por esa persona habría dado todo hasta su vida, solo esperaba no estar en lo cierto.

Shindong fue el encargado de dar las explicaciones sobre lo que los demás hombres habían encontrado dentro del auto.

   Los cuerpos están irreconocibles. – explicó Shindong.— completamente calcinados.
   ¿Qué encontraron? – preguntó secamente Kangin.
   Sólo un poco de pertenencias y algunas armas. – Shindong le entrego a Kangin una daga, varias pistolas y un dije en forma de triángulo colgado de un collar negro.

Jungmo se acercó a donde Shindong y Kangin, pudo ver todo lo que aquel le entregaba al Kim reconociendo rápidamente el dije y una de las pistolas que sin dudar pertenecía a Siwon por lo especial que era, el mismo Jungmo se la había regalado a su hermano.

   Esto pertenece a Siwon. – dijo algo cortado Jungmo.
   No sé qué hace esta daga aquí, es un regalo que le di a Leeteuk días después de que nos comprometiéramos. – Kangin hablaba de la daga y que la reconocía como la de su esposo.
   ¿Esto lo encontraron junto a los cuerpos? – preguntó Jungmo.
   Así es señor. – afirmó Shindong.
   No puede ser, Heechul… mi hermanito muerto… maldición no puede ser.

Kangin bajo hasta el suelo sosteniéndose sobre sus rodillas, en su mano apretaba el puñal que estaba seguro que de alguna manera había llegado a manos de Heechul, pero tenía que preguntarle a Leeteuk pues era la única forma de reconocer la persona que se encontraba en el interior del auto. El puñal le estaba provocando una herida en su mano, tan distraído como estaba Kangin ni lo noto, pero sobre todo ese dolor que le provocaba distraía el verdadero dolor que se instaló en su corazón.

Jungmo lloraba pues él si estaba seguro que la persona que estaba dentro del auto era su hermano, tantas pruebas en sus manos le hacían saber eso. Siwon había muerto dentro de ese auto calcinado, Jungmo rogaba porque no hubiese sufrido, que no sintiera dolor, como el dolor que el sufría ahora por su perdida.

Y entre lágrimas, uno dejándolas correr libres por su rostro y el otro ocultándolas, pues en su corazón albergaba la idea de haberse equivocado en sacar sus conclusiones; ambos se fueron de ese lugar con la presión de tener que dar la mala noticia a sus respectivas familias.

   Llegamos tarde… — fue lo único claro que alcanzó a decir Kangin, pues de la boca de Jungmo no salía palabra alguna.

Los señores Kim que en ese momento se encontraban sentados, se levantaron tan solo escuchar estas palabras. Leeteuk por su parte se colocó detrás de sus suegros esperando la explicación de su esposo, que por su cara no debía traer buenas noticias. Quiso lanzarse a sus brazos y abrazarlo pues se veía que lo necesitaba, pero dadas las circunstancias decidió esperar el momento oportuno para hacerlo.

El señor Kim, se abalanzó contra el tomándolo por los hombros y sacudiendo a Kangin como si pudiera obtener más de él de esa forma.

   ¿Dónde está Heechul? – grito el sr Kim.
   Ellos están… hubo un accidente, el auto fue embestido por el ferrocarril y ardió en llamas…

La familia Choi también reacciono, pues al escuchar las palabras dichas por Kangin supieron que se trataba de ambos chicos. Jay sostenía a la Sra. Choi, ayudándole a acercarse a donde se encontraba Jungmo, pues ya se le veía muy mal desde la abrupta salida del salón.

Jungmo que hasta ese momento se encontraba con el semblante sombrío, se acercó a su madre rodeo sus hombros con uno de sus brazos y con el otro levanto el brazo de su madre extendiendo su mano, en donde lentamente deposito el dije que había pertenecido a su hermano.

   Esta es una de las pertenencias que encontramos de Siwon dentro del auto envuelto en cenizas.

Sintiendo bajo su brazo los leves temblores de su madre, rápidamente la rodeo con ambos brazos fundiéndose con ella en un abrazo doloroso. Pronto la Sra. Choi comenzó a llorar y gritar el nombre de su hijo, Jungmo no podía contenerse tampoco, odiaba no poder ser un verdadero apoyo para su madre en esos momentos; pero se encontraba tan triste como ella que solo podía llorar. Iba ser duro tener que decirle a Kyuhyun lo sucedido, pues este se encontraba en su recamara aislado de todo.

Jay no pudo mantenerse al margen, al ver como su esposo lloraba y el estado lamentable de su suegra, el saber que su cuñado favorito y su mejor amigo había muerto de una forma tan cruel; se acercó a ellos y los envolvió en un abrazo reconfortándolos con sus palabras.

El señor Choi sin embargo estaba solo, nadie le prestaba atención y mucho menos consuelo. Veía con ojos llorosos la escena de los tres haciendo más grande su pena, pero se mantuvo objetivo.

   Los cuerpos, ¿los han reconocido? – preguntó el señor Choi.
   Sólo por sus pertenencias. – contestó Jungmo. – pero los peritos no tardan en darnos los resultados del ADN para identificar los cuerpos calcinados.
   Y la escolta, ¿Dónde se encontraban ellos? ¿Por qué no los ayudaron? – por más justificaciones que quisiera encontrar el señor Kim para sentirse mejor, no lo lograría.
   ¿Yunho y los demás? – preguntó un angustiado Leeteuk, el conocía a Yunho y sabía de antemano que no habría dejado de luchar por ayudar a Heechul.
   No encontramos a ninguno. – se adelantó a explicar Kangin. – Suponemos que los Han los tomaron como rehenes y los hayan matado en otro lugar.

Al término de la explicación de Kangin, la Sra. Kim abofeteó a su esposo y descargó toda su ira, su dolor por la pérdida del menor de sus hijos. El sr Kim se dignó a recibir esos golpes pues era muestra clara de lo que su esposa sentía y de lo que él mismo se culpaba. Pronto esta se cansó deslizándose hasta el suelo, donde los brazos del sr Kim la cubrieron en un abrazo mientras le pedía perdón por no haber cuidado mejor de su hijo menor.

Mientras tanto Leeteuk se acercó a Kangin y lo abrazo, Leeteuk lloraba sin poder contenerse, sin poder creer aun lo que sucedía. No se hacía a la idea de su cuñado muerto y de esa forma tan horrenda, no se dignaba a aceptar a que el bello rostro de su pequeño hermano terminara de esa forma. Amaba a Heechul como un hermano y le dolía demasiado su perdida.

Los brazos de Kangin lo ciñeron más a su cuerpo, él también deseaba consuelo por esa perdida. Se sentía mal consigo mismo, por no haber protegido a su hermano como debía, por no llegar a tiempo… se culpaba de muchas cosas. Leeteuk adivinaba como habría de sentirse su esposo, por lo que rodeo su cuello con sus brazos y entre lágrimas lo beso, un poco de miel entre tanta amargura lleno de calidez y reconforto el corazón de Kangin.

Después de algunas horas de haber aceptado la muerte de Siwon y Heechul, ambas familias aún se encontraban bajo el mismo techo. En la sala solo se encontraban Jay y Jungmo, Kangin con Leeteuk. Este último era interrogado por su esposo frente a los otros dos.

   Encontraron esto dentro del auto. – decía Kangin mientras le tendía la pequeña daga a Leeteuk. – en cuanto la vi, supe que era tuya.
   ¡Mi daga! – reconoció Leeteuk, sintiéndose un poco culpable de habérselo ocultado a su esposo.
   ¿Cómo llego hasta ahí?

En este punto, todos los presentes querían saber, pues era la única pertenecía que podría confirmar que Heechul iba en el auto.

   Yo se la di esta mañana a Heechul mientras lo arreglaba para la bo… – las palabras ya no salieron de la boca de Leeteuk, pues comenzó a sollozar al recordar los últimos momentos que pasó con Heechul. – Él estaba algo nervioso y yo oculté la daga entre sus ropas para que se sintiera más seguro.
   Entonces si la traía mi hermano, la daga confirma que Heechul estaba ahí.
   Puede que alguien más la haya tomado. – intervino Jay.
   No, — Leeteuk negó con la cabeza. – personalmente se la di a Heechul, le conté como me la había regalado Kangin. – dijo sonriéndole nerviosamente. – supo que era muy importante para mí y cuando él la aceptó, prometió devolvérmela. — para finalmente abrazar a su esposo, Kangin lloraba por la suerte de su hermano. Ante esto ya no hubo más dudas, solo restaba esperar los resultados de la identificación de los cuerpos.

Al día siguiente enteraron a Kyuhyun y Kibum de la perdida de Heechul y Siwon, el primero lo tomo con un ataque de nervios tan masivo que tuvieron que sedarlo, aun dormido solo repetía el nombre de Siwon. Y el segundo, entre sollozos dijo que se le uniría a la familia en corea lo más pronto que pudiera ya que se encontraba en China.

Mientras tanto en un hospital muy lejos de ese lugar, yacía en la cama un cuerpo inerte conectado a un respirador; esta persona pronto seria intervenida ya que sus heridas eran muchas e internas. Tenían que salvarlo, pero temían que todo lo que le hicieran fuera en vano… se debatía entre la vida y la muerte.

   Amor por favor… resiste. – otra mano tomaba la de la persona en la cama y suplicaba que no lo dejara. – No me dejes de nuevo por favor… no ahora que podemos estar juntos…

Pronto los médicos llegaron para llevarse a la persona herida al quirófano, tenían que actuar de prisa si deseaban salvarle. Con pesar soltó su mano y lo dejo ir, rogo porque las manos de los médicos fueran acertadas y dirigidas por su salvador para que curaran al amor de su vida.

*****

Días después…

Una semana había pasado desde lo sucedido en la dichosa boda, una semana en la que las familias Choi y Kim derramaron lagrimas por sus hijos perdidos en aquella trágica persecución. Leeteuk pensaba que todo pasó demasiado rápido, las cenizas, el entierro, todo.

A los cuatro días se confirmaron sus sospechas, Siwon y Heechul fueron identificados positivos en las pruebas de ADN e identificaron sus cuerpos calcinados. Ambos les fueron entregados a sus familias en una sola urna, pues así lo hubieran deseado ellos. Ya en el transcurso de esos días, se encontró a un Kyuhyun más tranquilo junto a Leeteuk, contando a ambas madres lo mucho que Siwon y Heechul se amaban.

La familia Han le dio tiempo de duelo a ambas familias, pues ellos también habían perdido a un hijo en esta persecución. Las tres familias involucradas sabían que no podían dejar las cosas de esa forma, era solo un pretexto más de los Han ansiaban tomarse la justicia entre sus manos y si tuvieran que irse en contra de las dos familias más poderosas; lo harían.

Los Kim y los Choi sabían esto. Eran sus hijos muertos, su sangre derramada; una nueva batalla entre ellas desataría todo esto nuevamente… entre las tres familias más poderosas de Seúl.

Lo único diferente ahora era que los Choi y los Kim estaban más unidos que nunca.
El dolor formo una nueva alianza entre ellos mucho más fuerte que la que pensaban crear con esa boda, el lazo que los unía después de la pérdida era mucho más fuerte e irrompible.

Jungmo y Kangin siendo las cabezas ahora; en manos de ellos todo cambiaria pues no deseaban continuar con lo que sus padres hacían, los negocios con ellos tomarían nuevo rumbo.

Kibum asistió al funeral de su hermano menor, vino solo sin Zhou Mi su esposo, ya que estaba a finales de su tercer embarazo, por lo que tuvo que regresarse casi de inmediato con él. Kibum que se encargaba de los negocios de los Kim en China, coincidía con su hermano Kangin en dejar de hacer cosas ilegales.

Tanto los Kim como los Choi tenían enormes fortunas amasadas en estos negocios ilegales, pero también manejaban negocios legales; que si bien no les dejaba tanto como lo otro, se dieron cuenta que no resultaban tan beneficiosos porque no les dedicaban el tiempo suficiente.

Cambios que eran inspirados en su dolor por la pérdida de esos dos seres queridos y los nuevos miembros que cada uno tenía, sus hijos. El bienestar de su familia y que no se repitiera lo de Siwon y Heechul, fue lo que finalmente llevo a Jungmo y Kangin a tomar esa decisión, aunque fuera demasiado tarde para otros.

El Señor Kim se culpaba todo el tiempo y su tristeza era muy grande, con la pérdida de su hijo menor su cordura se iba de poco a poco. Un triste final para alguien tan aguerrido en los negocios como lo era él. Esta fue otra de las cosas que orillo a Kangin a tomar el lugar de su padre.

En la familia Choi era un poco diferente, la señora Choi no deseaba ver morir a ninguno de sus otros hijos, por lo que le dio un ultimátum al señor Choi de cambiar eso. Por nada del mundo resistiría ver morir a otro de los suyos, si bien Jungmo ya sabía cuidarse por sí mismo, les quedaba proteger a Kyuhyun que era ignorante de todo.

Para protegerlo, Kyuhyun fue enviado de nuevo lejos. España fue su destino nuevamente y ahora acompañado por la señora Choi, que por nada dejaría solo a su hijo hasta que el peligro dejara de existir para Kyuhyun. Para el señor Choi fue un alivio no tenerse que preocupar por el cuidado de su esposa y su hijo menor, en España estarían lejos del alcance de los Han, además que estaban bien protegidos por sus escoltas.

Al parecer esta vez el viaje de Kyuhyun seria por una muy larga temporada.

*****

A Leeteuk le había costado mucho trabajo liberarse de su guardia y sobre todo salir de su casa después de recibir aquella llamada tan misteriosa y sobre todo pidiéndole que asistiera solo a la embajada de Japón. Le parecía muy raro.

Obvio que tenía miedo después de todo lo sucedido. Pero que lo contactaran directamente a su celular citándolo en la embajada Japonesa y que en esa llamada mencionaran al menor de los Kim, basto para que accediera.

Leeteuk odiaba tener que mentirle a su esposo, sin embargo últimamente Kangin estaba siendo demasiado protector con él y con sus hijos. Estos fueron enviados de vacaciones con su tío Kibum y Zhoumi, los pequeños Kanna y Jungmi deseaban estar en el nacimiento de sus nuevos primos. Lo agobiaba que fuera de esa manera, si bien el peligro aún estaba latente no veía de qué forma pudieran hacerles más daño, para Leeteuk lo peor ya había sucedido.

Hacía mucho que Jungsoo había aprendido a cuidarse solo, por años siendo el esposo del mayor de los Kim sabía cómo reconocer el peligro y evitarlo, así como también escabullirse incluso perdiendo a su propia escolta. Había atravesado casi todo Seúl recorriendo diversas calles para despistar a cualquiera que lo estuviese siguiendo, no deseaba que nadie lo siguiera hasta llegar a la embajada Japonesa y ponerse a salvo de cualquier espía. Suponía que siendo una zona con inmunidad diplomática, estaría bien resguardada.

Cuando por fin pudo llegar, en la entrada de esta dio una clave que le fue proporcionada cuando hablaron con él, finalmente sin mucho contratiempo entro y fueron dirigiéndolo hasta donde podía dejar su coche. Se estaciono en un área de visitantes donde eran revisados en caso que trajeran artefactos explosivos ocultos, sin tener que esperar a que terminaran dicha revisión y bajo de su auto para dirigirse a la entrada del edificio.

De nuevo en la entrada ya era esperado, en recepción al dar su nombre se dio cuenta que una persona uniformada con el traje militar de Japón ya lo esperaba, rápidamente lo guiaron hasta una sala privada. Ya no se sentía tan nervioso como al principio, pues estando en una embajada al menos no se trataría de alguna treta de los Han o alguna otra rencilla con otra familia.

Al entrar a la habitación se dio cuenta que no estaría solo, Jay Kim se encontraba también ahí, cosa que le extrañó.

Jay esperaba sentado mordiendo uno de sus dedos, se encontraba ansioso y todo su cuerpo lo demostraba. Sentado como estaba con una pierna cruzada, movía su pie constantemente. Tan solo veinte minutos pasó desde que llego, no era mucho tiempo, pero con todas las dudas que tenía en su cabeza sobre lo que le dirían en ese lugar y sobre todo sin saber por qué lo llamaron precisamente a él a su celular, por qué escogieron este lugar y por qué mencionaron a Siwon.

Ahí fue cuando se dieron cuenta que con ambos actuaron de la misma forma, estaba claro para los dos que traían las mismas intenciones… saber qué diablos pasaba ahí como para ser requeridos. Con tal que no fuera para declarar en contra de sus propias familias.

   Tú también Jay, pero ¿por qué viniste? – preguntó un intrigado Leeteuk.
   Siwon… — murmuró Jay – Y supongo que tú vienes por Heechul.
    Si, así es – ambos estaban desconcertados – que es lo que sucede, ¿acaso se trata de una broma?
   Sé lo mismo que tu Leeteuk. – murmuró fastidiado Jay, pues pensó que Leeteuk sabría algo más.

Ambos interrumpieron su charla y voltearon al escuchar que la puerta se abría, con sorpresa observaron entrar a un muchacho que aparentaba ser más joven que ellos dos, notaron que mostraba mucha seguridad en sí mismo cuando este se encamino hacía donde ellos estaban.

A pesar de que vestía informal para el lugar en el que se encontraba, Jay y Leeteuk se dieron cuenta que seguramente trataban con algún oficial o quizás hasta fuera militar. Las botas que portaba y la placa que colgaba del cuello del muchacho, delataban que así era.

   Sé que estarán pensando que todo esto es una broma pero, no se trata de ninguna broma señores. – deteniéndose del otro lado de la mesa donde ellos se encontraban.
    Y usted, ¿quién es? –pregunto Jay.
   Yo te he visto en algún lado – añadió Leeteuk, la cara del chico se le hacía algo conocida, pero no recordaba de dónde.
   Mi nombre es Max Changmin, pertenezco a las fuerzas especiales de Japón y ahora soy agente aquí, en la embajada. – como viera que Leeteuk hiciera el intento para presentarse, añadió – no hay necesidad, los conozco a ambos. Jay Kim y Park Jungsoo o mejor dicho, Kim Jungsoo.

No se sorprendieron, pues desde la llamada a sus respectivos celulares los habían llamado por su nombre.

   Déjese de rodeos y explique ¿por qué estamos aquí? – Jay estaba ansioso por saber.
   Heechul y Siwon…


Continuará . . .

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