Un Momento Para Recordar… Oneshot

Título del fanfic: “Un Momento Para Recordar”
Parejas: SiChul
Tipo: Yaoi
Género: AU, Romántico, Fluff
Clasificación: PG
Advertencias: Hoy no les invito lemonada…

Comentario del Autora: Este shot comenzó gracias a ese video. Y bueno, quise festejar mi salida del hospital con todas ustedes. Ya estoy mucho mejor, recuperándome aun, pero mas tranquila. Gracias a todas por sus buenos deseos.
Algunas se van a preguntar, ¿Por qué ese país? Pero las que estén leyendo “Lost Heart”, entenderán que he estado estudiándolo mucho para ese fic hahaha y quise aprovechar esos conocimientos. Si estoy equivocada en algo, no se olviden que es fantasía… todo puede suceder hahahah






Un Momento Para Recordar

“Mi escenario romántico imaginario es… Hablando de éste… Estoy de vacaciones en el extranjero, caminando solo por una tranquila calle… E inesperadamente, choco contra alguien… Oh, miane (Coreano)… Oh, lo sumimasen (Japonés)… Oh, sorry (ingles)… Oh, dui bu qi (Chino)… y entonces ¡Dang! ¿Estas bien?... A pesar de que no hablamos una lengua en común pero por amor, ¿es realmente necesario eso?...”

Así terminaba otro día de programa, con un caluroso gracias, cuídense y nos vemos la próxima semana. Heechul estira sus manos por encima de su escritorio, para después recoger los papeles que hay sobre este. Otro día más, un programa cumplido. No como cualquier trabajo, era el trabajo que mas le gratificaba y le permitía estar en contacto con mucha gente.

Trabajar como dj en la radio era una de las metas cumplidas por Heechul, a sus 26 años. Tener su propio programa, le había costado un año de crear el concepto del proyecto y de buscar quien lo apoyara, en realidad esto ultimo fue lo que le costo trabajo; pues no mucha gente cree en los jóvenes egresados y sin experiencia como lo era él.

Pero el tenia las agallas, muchas ideas y también, una gran boca e inteligencia para convencer a quien fuera. Y así fue, aquí estaba con su propio programa y en un horario estelar.

Dos años para consolidarse como dj, trabajando arduamente para otros dos proyectos, porque a pesar de ser joven. Heechul se había convertido en generador de conceptos e ideas para nuevos programas en la cadena de radio donde laboraba.

Pero no estamos aquí para cuestionar la cuestión laboral de Heechul, sino más bien lo que ha dicho al término del programa… Su escenario romántico ideal.

Después de dos años, por fin pudo darse la oportunidad de tomar unas vacaciones con lo que había juntado para ese gran acontecimiento. Unas vacaciones que anhelaba, que disfrutaría mucho mas por ser fruto de su esfuerzo, también por ser la primera vez que viajaba fuera de su país; y la primera vez que le colocaron un sello en su pasaporte.

Mismo sello que le decía que era bien recibido en Londres, Inglaterra.

¿Por qué Londres?

Tenia la loca idea de poder pasearse por esas calles inglesas cuando la neblina bajase, tomarse una foto en la Abbey Road la misma en que los Beatles se tomaron aquella conocida foto, verificar si en verdad el puente de Londres se caería, escuchar el tictac del Big Ben y comprobar si era verdad que aunque molestaras a los guardias del palacio, estos no se moverían.

Para nosotros quizás pudieran ser cosas infantiles, pero para Heechul eran demasiado importantes. Así como la idea loca que tenia que en ese viaje, viviría su “escenario romántico ideal”. El que tanto había soñado, aquel que su escaso ingles le permitiría conocer a su persona especial.

Por eso es que con una pequeña maleta y ocho días para disfrutar de esas vacaciones en aquel país extraño, instalado ya, Heechul recorrió las calles de Londres sin ninguna suerte en su primer día. Eso si, se tomo su foto sosteniendo el puente de Londres, además de comprobar que este aunque era viejo, seguía siendo fuerte como para caerse.

Y después de haber disfrutado una rica cena en unos restaurantes ambulantes, de los muchos que existían en cualquier país en las calles, probando la típica comida londinense, acá llamada “street food”. Bonito nombre, mismo concepto.

Heechul comió un tazón de macarrones con queso, en otro puesto antojado de un pastel de carne, el cual compro y no se termino. Hasta que finalmente probo un donut con chispas de chocolate blanco y un refrescante té que no supo de que era. Para su gusto, aquellas comidas, todas tenían un poco de exceso de grasa.

Menos mal que había caminado bastante o de lo contrario Heechul no hubiera podido dormir con su estomago tan lleno.

* * *

Al siguiente día opto por desayunarse bien en el hotel, no deseaba pasar por la experiencia de ayer. Heechul comió bien, nutritivamente hasta llenarse. Con esto esperaba evitar tener hambre hasta estar de regreso.

Con cámara en mano se dispuso a continuar con su aventura en aquel país y porque no, a esperar que su mas preciado deseo se cumpliera.

Ya llevaba más de cuatro horas caminando por el centro histórico de Londres, muchas fotos habían sido tomadas, pero se dio cuenta que sin nadie con quien compartirlas no era divertido. Incluso las fotos con él en ellas, no eran muy bien tomadas por si mismo. Definitivamente necesitaba de alguien más para poder salir en las fotos.

Sino sus memorias de este viaje en foto, serian como postales de lindos lugares. Sin ninguna prueba de que el estaba ahí en ese momento.

Iba caminando pensando en eso mientras revisaba las fotos y borraba algunas que no le gustaban para hacer mas espacio en su memoria, cuando su hombro choco fuertemente contra algo que lo llevo al suelo. Heechul supuso que era algo, porque aquel golpe había estado tan duro, como si de una pared se hubiera tratado.

Antes de mirar hacia arriba, alcanzo su cámara que yacía en el suelo. El golpe dolía, su trasero dolía, pero nada era más importante que aquella cámara profesional que su padre le regaló para sus memorias del viaje.

- Se ha roto el lente. – bufó Heechul antes de levantarse rápidamente para decirle dos que tres palabras al tipo.

- Yo lo siento.

Y en su precario inglés, Heechul entendió lo que el hombre que trataba de calmarlo, le decía. Por el momento no pudo decir nada, pues el otro también se había quedado en silencio contemplándolo. Podía escuchar el sonido de su corazón, la demás gente desapareciendo a su alrededor y ver los ojos del otro como un inmenso mar profundo.

Delante de Heechul, había un hombre bastante alto a decir verdad. De una piel dorada bronceada, unos ojos azules como el mar, una perfecta mandíbula marcada, pómulos marcados, barba de cuatro días, labios delgados, cabellos castaños peinados de manera moderna y un cuerpo perfectamente ejercitado, cubierto con un pobre traje a rayas que no le hacia justicia a quien lo portaba.

- Mi nombre es Chad, puedes entenderme. – el hombre casi balbuceaba en ingles para que Heechul le entendiera.

- Me llamo Heechul… si, un poco. – completo su frase con señas.

- Yo… te compraré… el lente, ¿vamos?

Heechul se alejo, pues ya el chico tendía su mano para tomarlo del brazo. Así que el chico le dijo de nuevo lo que intentaba hacer, pero esta vez le explicó con señas de lo que pensaba hacer. Lo repitió una vez mas, hasta que un ¡Aaaah! Salió de la boca de Heechul.

- ¿Estas bien? – pregunto el chico. A lo que Heechul asintió -. Yo lo siento, no quise tirarte, llevaba algo de prisa pero… lo demás bien puede esperar por ti…

Hasta la disculpa había entendido bien, pero todo lo demás lo suponía. Porque el chico lo llevaba bien agarrado del brazo y le miraba de una forma que hacia que la piel de Heechul se erizara. No sabia si por la emoción del momento… cierto que su momento romántico ideal se estaba realizando, lo que no sabia era si así debía sentirse.

Raro.

Pero Heechul se dejó llevar. La charla de Chad era más bien algo aburrida, porque no entendía gran cosa. Lo llevo a cambiar el lente de su cámara y también le invito a cenar al siguiente día, como una forma de compensarle el golpe. Con la promesa de mostrarle un poco de la vida nocturna de la ciudad.

Afortunadamente para él, la cita era para la siguiente noche, por lo que le daría tiempo de comprarse algo lindo ese día. Pues como bien había dicho, su equipaje era poco, pero había sido empacado con la idea de llevar nuevas ropas de aquí para Seúl.

Oh si, parte del dinero para el viaje, correspondía una buen parte para ropa nueva. Todo el que tenga oportunidad de viajar debe hacerlo, las compras en otras ciudades son más excitantes. Ese día se lo paso de tienda en tienda, aunque tanto como buscar que ponerse para la cena, no tanto.

Algo de su personalidad 4D no le dejaba disfrutar tanto de lo que había obtenido. Si hubiera sabido que su escenario se sentiría de aquella forma, ni lo hubiera imaginado.

Pero el compromiso ya estaba hecho.

* * *

¿Qué más podría ir mal para Heechul?

La primera impresión no había sido mala, Chad no era feo y aunque no entendía mucho de su conversación, al ver como trataba de hacer que Heechul entendiera, se le hacia muy considerado de su parte. Hasta ahí acababa lo bueno.

Y es donde comenzaban los peros… por no decir lo peor. Para empezar, Heechul dio u n salto la primera vez que le grito a los meseros para conseguir que lo atendieran. Con el segundo grito, Heechul volvió a saltar y así, hasta como por el sexto fue que termino por contener su susto.

Para rematar, por los gritos de Chad, tenían todas las miradas de los ocupantes de las demás mesas encima de ellos. Algunos de esos ocupantes, le dirigían miradas de reproche a Heechul, pues quien más volteaba avergonzado era él. Más de una vez quiso hacerse invisible sobre su silla.

Y eso que apenas iba por la ensalada, Heechul estaba frito, su cena seria larga y tediosa. Se encargaría de mantener a raya todos sus pensamientos sobre escenarios románticos de ahora en adelante, nunca era como se soñaban.

Observó llegar a otra pareja a la mesa de al lado, justo detrás de Chad. Al no tener nada mejor que hacer, no perdió detalle de la pareja y su conversación. La chica era bastante escandalosa. O eso pensaba cuando escucho a Chad gritar otra vez.

Entonces dejo su mente viajar fuera de aquella mesa.

El chico que acompañaba a la chica debía tener su edad y no gritoneaba como Chad, tampoco tenia mal aspecto. Al contrario, comparándolo con Chad, era guapísimo y mas a su gusto. Además de tener un aire oriental. Quizás Heechul se engañaba, pero al ver como aquellos ojos negros se rasgaban al tratar de sonreír.

Si tratar, porque la chica era una tonta. Una tonta bastante joven, rubia y reía casi a gritos; y sus pechos dominaban el panorama. Parecían querer salírseles de aquel escote. Y por lo que podía escuchar, no le estaba funcionando, el chico de cabellos negros le respondía casi siempre con monosílabos, aunque la sonrisa que intentaba le cubría las apariencias.

Vio levantarse a la chica, seguramente iba al tocador. Después de eso su atención fue devuelta de nueva cuenta a su mesa, Chad maltrataba ahora al mesero, al parecer había un error en la primer entrada. Su tono ahora era agresivo y cada vez atraía más la atención de los vecinos de otras mesas.

Incluido el hombre que se encontraba con la rubia que lo miraba con simpatía.

Vaya, el lindo hombre de cabellos negros, contaba con unos ojos igual de negros. Una sonrisa cautivadora cuando en verdad lo deseaba, misma que le estaba otorgando a Heechul. Podía ver que era un poco mas bajo que Chad, pero fácilmente era mas alto que él y eso era lo único que le importaba.

¡Que diablos! Heechul decidió que se dejaría llevar por los impulsos. Pero el hombre de ojos negros se le adelanto. Pronuncio “cita a ciegas” tan bajito que Heechul lo leyó en sus labios. Obviamente se refería a la chica rubia. Heechul se encogió de hombros y pronuncio un “yo también”.

No era del todo mentira, si hubiera sabido como era Chad, jamás habría aceptado salir con él.

Los ojos negros del hombre brillaron complacientes, respiro aliviado, Heechul no sabia si fue por lo que había contestado o porque la rubia ya no estaba; y de nuevo una genuina risa fue dedicada a Heechul. Después de eso, optó por lo primero.

Un sonoro suspiro dejó escapar Heechul, al escuchar como Chad volvía a gritarle al camarero. Ya no lo soportaba más, así que se puso de pie y dio una tonta excusa.

- Voy a… necesito ir… baño. – y se fue.

¿Seria posible permanecer encerrado en el baño hasta que Chad terminara de comer, sin que se diera cuenta de su ausencia? Heechul esperaba que si, porque no pensaba volver a la mesa con tan detestable tipo. Que ya ni siquiera le gustaba, era aburrido y si deseaba a la cita de la rubia, debía ser un indicio más que agregar.

Lo estaba pasando muy mal y todo era su culpa por sus estúpidos sueños de romanticismo.

- ¡Baby… lo siento! Lo siento tanto…

Heechul se quedo de piedra cuando una mano en su hombro lo detenía, se giro para encontrarse con el hombre de ojos y cabello negro. Su voz sonaba arrepentida mientras le guiñaba un ojo.

- ¿Podrías perdonarme? – continuo rogando el hombre divertido.

Era guapo y bastante atractivo. Tenía una piel blanca y unas manos grandes, fuertes. Las que sintió Heechul, cuando tomo su mano y la besó.

- Te he echado mucho de menos, baby. – añadió en voz alta, Heechul estaba seguro que todos los comensales habían escuchado. Incluyendo a Chad -. Me estaba volviendo loco. El seguirte para verte, me ha hecho comprender que fue un error romper contigo.

Heechul vaciló que hacer. Comprendía un poco lo que el hombre dijo, no todo, pero si lo suficiente. Pero aplico el dicho… mejor malo desconocido que malo conocido… o al menos eso recordaba de tal dicho, aplicándolo a su conveniencia.

- Yo también lo siento. – respondió Heechul, echándose a los brazos del desconocido, reprimiendo su risa.

La situación le era divertida. Pero cuando el desconocido lo abrazo, pudo sentir lo firme y grueso de su cuerpo entre sus brazos, sintiendo su aliento en los cabellos. La situación divertida, se torno bastante interesante.

- ¿Qué esta ocurriendo aquí? – era Chad, pidiendo explicaciones.

Sin separarse del extraño, Heechul trato de lucir arrepentido y feliz al mismo tiempo, pero estaba seguro que lo primero no le saldría. Se encontraba más que feliz, de haber hallado una ruta de escape. Y mucho mas porque el extraño, estaba mucho mejor de lo que había previsto.

Así que en un estraño ingles, mezclando el coreano, Heechul respondió a Chad.

- Lo siento Chad. Él es mi novio. Habíamos roto pero… - explicó Heechul. No sabía aun el nombre de su salvador, pero la sonrisa que tenía en su boca, lo tentó a aferrarse más a él -. Fue un error. Estamos hechos el uno para el otro.

La rubia acababa de volver del baño y también se unía a ellos.

- ¿Qué ocurre aquí? – preguntó ella.

- Lo siento Lilha, pero estamos enamorados. Creí que todo había terminado, pero al volver a verlo…

El hombre de ojos y cabellos negros miro en dirección a los ojos de Heechul. Su mirada era apasionada, su expresión tan amorosa, que estuvo a punto de creerlo. No las palabras, pues poco entendia... pero si aquella mirada que se posaba en él.

- De verdad Lilha, lo siento. Creí que podría salir con chicas, pero cuando volví a verlo, supe que solo puedo ser de él. Lo comprendes, ¿verdad?

- Oh, que romántico. Por supuesto que los comprendo. – la rubia tomó las manos de Heechul -. Tienes mucha suerte, él es tan lindo.

- Gracias Lilha.

Heechul desvió la vista hacia Chad. El no seria tan generoso y seguramente se pondría a gritar, parecía bastante enfadado. Pero entonces su salvador, el hombre de ojos y cabellos negros, se ofreció a pagarles la cena a ambos, eso pareció calmar a Chad.

Luego, puso su brazo sobre el hombro de Heechul y lo guió hasta la salida, pero antes de llegar a la puerta, todo el mundo comenzó a aplaudir. El extraño se giró y saludo, lo que hizo que Heechul tomara su mano y tirara de él.

Caminaron dos cuadras de aquel lugar. Heechul miro al hombre que tenia de la mano. Demasiado arriesgado, demasiado ¿excitante?

- ¡Vaya! – suspiro y dijo en coreano -. Nada parece real.

- Es real.

Respondió sonriendo, lo que hizo que Heechul soltara su mano. Le había entendido perfectamente, el hombre de ojos y cabellos negros, le estaba hablando en coreano perfecto.

- Tu eres… - se aventuró a decir Heechul.

- ¿Coreano? Si, llevo ya varios años viviendo en Londres, pero naci en Seúl.

- Oh, gracias, gracias. – Heechul agradecía por su suerte, la verdad es que la experiencia del idioma con Chad lo traumatizó y también lo decía por el rescate.

- Gracias a ti. – reconoció el extraño -. Mi nombre es Choi Siwon. – se presentó extendiendo su mano.

- Kim Heechul.

- Encantado de conocerte. Te gustaría que te acompañara a casa.

- La verdad es que me gustaría cenar algo antes. – sugirió Heechul.

Deseaba con todas sus fuerzas alargar el momento. Siwon se le había presentado como su salvador y quería saber más de él, así el mal comienzo de aquella noche seria prontamente olvidado.

- ¿Qué dices Siwon? de todos modos, tenemos que cenar.

- Genial, estoy hambriento.

- Pero yo pago, tú pagaste la comida en el anterior. – refiriéndose a Chad y Lilha, eso le seguía avergonzando a Heechul -. tú conoces esta ciudad, ¿A dónde podemos ir?

- Se de un lugar en donde aun deben quedar mesas libres, aquí cerca.

Caminaron pocas calles entre la platica de lo sucedido hacia unos momentos, y aunque aun era temprano, la noche les cayó encima antes de entrar al local que Siwon se refería.

Entraron a un lugar llamado Cafe Boheme donde Siwon dirigió a Heechul a una mesa a un lado de la ventana. No era un lugar como para disfrutar de una tranquila conversación, porque las mesas estaban bastantes pegadas y el lugar lucia algo lleno. Pero según lo que Siwon le había dicho, la comida era deliciosa.

A Heechul le pareció considerado de parte de Siwon, que no lo llevara a un lugar menos concurrido, propicio para intimar. Después de la mala experiencia recién pasada, Heechul no se sentía muy listo como para volver a intentarlo. Y sin embargo la charla con él era tan fácil de llevar.

Pidieron una cena compartida, así pudo cerciorar que era verdad, la comida era muy buena. Compartieron una ensalada con roquefort, de peras y nueces que le supo fantástica. Una sopa de cebolla tradicional, que si Siwon no la hubiera sugerido, seguramente no la habría probado. Lo cual hubiera sido una pena porque Heechul la encontró deliciosa. El plato principal consistía en un buen chuletón y patatas.

Y para la sobremesa, tomaron dos copas de champaña rosada. Los meseros se portaron muy amables a pesar de lo ocupados que estaban, parecían avergonzados cada que se tardaban; pero Siwon en ningún momento les grito por tal motivo. Lo cual fue un alivio para Heechul, aquella amable sonrisa del hombre de ojos y cabellos negros era genuina.

Siwon le propuso acompañarlo hasta su hotel, a lo que él no se negó. Compartieron taxi, la charla continuó amena sobre las últimas noticias de su natal Seúl, Siwon se interesaba mucho por este tema. Fue así, hasta que estuvieron frente al hotel.

Ambos bajaron del taxi, Heechul ya se encontraba en la puerta de su hotel, solo le quedaba darle las gracias.

- Ha sido una cena estupenda, Gracias Siwon. – extendió su mano, misma que Siwon tardó en tomar.

Pareciera que deseaba alargar el momento y al mismo tiempo estudiara las reacciones de Heechul. Su mirada posándose en él, solo logro sacarle tremendo sonrojo. Ni aun así, desvió su mirada de sus labios entre abiertos. La boca de Siwon era como una invitación en ese momento, pero que podía hacer Heechul. Si él había llegado con una chica de cita y el con Chad.

Al recordar a Chad, ni siquiera se había imaginado besándose con él. En cambio con Siwon, ahí si que veía sus labios apretados en los suyos. Pero no estaba seguro que Siwon tuviera las mismas preferencias. Aunque pensándolo bien, si hubiera bebido mas, eso le habría valido bien poco.

Por fin, Siwon tomaba su mano.

- Yo también lo he pasado maravilloso contigo. - un apretón de manos y Siwon volvía a su taxi.

- Debí haber bebido más. – se culpaba Heechul.

No se había sentido intimidado, pero no se atrevía a aventurarse a lo desconocido con Siwon. No deseaba guardar malos recuerdos de esta salida. Aunque fuera la única. Arrastrando un poco los pies, decidió entrar al hotel, cuando dos fuertes manos sostuvieron su cintura, lo detuvieron y giraron para quedar justo frente a Siwon.

Muy, pero muy cerca de su rostro.

- No es necesario beber de más.

Y su mano se posó cuidadosamente su rostro, recorrió rápidamente la poca distancia que los separaba y besó su boca con profunda dulzura, disfrutando el momento que permitía el casto beso. Siwon retiró sus labios de los de Heechul, notando como miles de preguntas se formaban en sus ojos y como su sonrisa calmaba los locos latidos de su corazón.

Satisfecho, se apartó de Heechul. No hicieron falta las palabras para comprender que se verían de nuevo, por lo que una mirada bastó para decir hasta luego.

* * *

Los siguientes cuatro días fueron de felicidad pura. Las mañanas Heechul las pasaba como cualquier turista solitario normal, y por las tardes, con la compañía de Siwon; la visita a Londres se volvió maravillosa.

Pasearon juntos por el rio Támesis, donde se detuvieron a tomarse fotos. Ese día la temperatura había descendido de improviso, afortunadamente Siwon conocía lo cambiante del clima y en la bolsa de su gabardina llevaba siempre una bufanda roja. La cual enredo delicadamente en el cuello de Heechul, cubriéndolo del repentino frio y, antes de que su nariz y boca fueran tapadas; estrello su boca con la de Heechul en un tierno beso.

No se olvidaron de visitar el Big Ben, las fotos en la Abbey Road fueron un éxito; con la ayuda de Siwon claro esta. Sus visitas guiadas a lugares que Heechul ni siquiera imagino sostenido de su mano, fue lo mejor. Al igual que las cenas compartidas esas tres noches y por supuesto, los besos repartidos en cada lugar al que visitaban.

Esos recuerdos que se llevaría siempre en su corazón y por supuesto que en su cámara. Existían muchas fotos de Siwon y Heechul abrazados, tomados de la mano, sonriendo a la cámara, besándose frente a ella. Que el último día Heechul no podía creer que solo fuera un romance de vacaciones.

Era obvio desde un comienzo, pero eso Heechul no lo pensó muy bien, hasta ahora que se encontraba perdidamente enamorado de Siwon. Pero él tenia que regresar a Seúl, su trabajo ya le esperaba de vuelta, ese por el que tanto lucho para tenerlo. Y Siwon, el tenia su vida ya establecida en Londres.

Siwon sugirió que lo visitaría en sus próximas vacaciones, pero Heechul no le hizo prometer nada. Seria mas duro guardar esperanzas en esa promesa y que no se cumpliera.

El aviso de la salida de su avión recién había sido escuchada. Heechul miraba de lejos la luz parpadeante del detector de metales aun sosteniendo la mano de Siwon. Parecía todo tan irreal, como si hubieran pasado años y ahora no deseara irse de aquel lugar.

Regreso sus ojos mirando a Siwon, se acercó lentamente al mismo tiempo que miraba sus labios sin cesar. Tomó su boca de improviso y lo besó por última vez profundamente. Luego se alejó diciendo débilmente un adiós.

La despedida en el aeropuerto fue bastante rápida, sin lágrimas, sin promesas y un adiós.

* * *

Seis meses pasaron. Seis meses desde aquellas vacaciones que le robaron el corazón, seis meses de estar alejado de Siwon.

Los primeros cuatro meses fueron bien. A diario recibía mensajes en su celular, algunos correos que le hubieran parecido cursis, pero que ahora viniendo de Siwon; le parecían románticos. Con llamadas cada fin de semana, donde se pasaban horas y horas conversando de lo mucho que se extrañaban.

Fotos eran recibidas entre ellos, tanto de Heechul para Siwon, y al revés. Algunas veces Heechul recibía imágenes del otro saliendo en toalla de la ducha o en la misma ducha. Por eso ahora no solo se hacia idea de ese cuerpo, lo había visto y confirmado que estaba muy bien.

Pero después, la euforia pasó.

Ya no había llamadas los fines de semana, tampoco los correos diarios y las fotos escaseaban, así como también los mensajes. Heechul se preguntaba que había ido mal, por su parte la comunicación se mantuvo igual, pero después de unas semanas desistió.

Sus vacaciones aun eran muy lejanas, como para poder regresar a aquel país. Y lo último que supo de Siwon, es que pronto estaría de vacaciones y que tal vez lo vería. Pero según las fechas, Heechul estaba seguro que ya llevaba dos semanas disfrutadas de aquellas vacaciones y nada.

Quizás solo fue una ilusión o quizás el mismo quiso creer que su escenario romántico se había realizado. No como el hubiera imaginado, pero ansiaba creer que había sucedido.

Pero la ausencia de los mensajes de Siwon, al ver pasar los días sin verlo aparecer, le estaban haciendo perder las esperanzas.

Jamás volvería a creer en esas estúpidas cosas románticas, pensaba Heechul mientras caminaba una fría tarde de invierno camino a su departamento. Recién había terminado su programa de radio y se dirigía a descansar, no tenia ganas de ir a ningún otro lugar.

Dejaría de creer en las cosas inesperadas y en los mágicos encuentros, para centrarse en la realidad de su vida. Y la realidad le decía que Siwon lo había lanzado muy lejos y fuera de su vida.

Casi iba pateando el polvo, arrastrando sus pies mientras caminaba alejándose cada vez más de la radio donde laboraba. Con su vista fija al suelo, no daba cuenta de lo que a su alrededor pasaba; hasta que el chocar con alguien lo saco de su ensimismamiento.

- Oh, sorry – escucho decir a la otra persona, disculpándose.

- Eh… - y al levantar la vista, ¡Dang!

- Are you okay? – preguntaba la otra persona.

Se quedo sin habla, ahí frente a el, se encontraba Siwon con su bella, no… con la más hermosa sonrisa que le haya visto. Y sus negros ojos calvados en los suyos.

- Siwon, ¿tú? – no sabia que decir, por no decir que no se esperaba este encuentro. No así, como en sus más locos sueños románticos.

- Te dije que vendría por ti. – Siwon ya le tomaba de los brazos acercándolo.

- Pero, ¿Cómo supiste?

Heechul no supo si se lo pregunto por saber donde podría encontrarlo o por como había sucedido su reencuentro.

- Me he visto todos y cada uno de tus programas de radio en internet. – le explicaba Siwon con un tono alegre -. Incluso ese…

- ¡Oh! - no tuvo mas que decir, Heechul ya sabia a que se refería, lo que le hizo bajar su rostro avergonzado.

- Viendo la situación. – con su mano, Siwon tomo la barbilla de Heechul para que lo mirara -. Soy un turista en un país extranjero, hablo el inglés pero también entiendo el coreano, así que de todos modos aplica. Tu escenario romántico se ha concedido.

Lo jaló hacia el y lo besó sin más. Un beso suave, sin presiones. Quería hacerlo despacio y cuidadosamente, haciéndole recordar a Heechul esos besos dados en Londres. No quería presionarlo, porque seguramente estaría pensando que jugaba con él después de todo este tiempo sin darle noticias suyas.

El mismo Heechul se sorprendió al corresponder aquel acto mientras echaba ambos brazos alrededor de su cuello y apretaba su delgado cuerpo contra el de Siwon. Sus labios húmedos y calientes se cerraron sobre los suyos, abriendo su boca a la vez, dejando pasó a su inquieta lengua.

Siwon no desaprovechó la oportunidad e introdujo su lengua, se sentía tan bien recorrer su boca, saborear lo dulce de su aliento. Sus labios eran tan adictivos, que Heechul no podía dejar de besarlos, al final parecía que sus vidas dependían de este beso y si hubiera sido por ambos se habrían quedado así pero el aire comenzó a faltarles, por lo que tuvieron que separarse.

Se miraron fijamente por un par de segundo y luego volvieron a darse otro beso. Cuando sus bocas estuvieron saciadas, vinieron las interrogaciones por parte de Heechul.

- ¿Por qué no supe más de ti? – no era reclamo, que el hombre estuviera ahí frente a él, debía significar algo ¿verdad?

- Quería que fuera una sorpresa. – Heechul rodo los ojos y se cruzo de brazos, no lo podía creer -. En parte es verdad, aunque también deseaba dejar todo listo y hacerlo lo más rápido posible. Y si yo me comunicaba contigo, el tiempo se me habría hecho demasiado largo hasta volver a estar junto a ti.

- Una llamada en todo este tiempo hubiera bastado.

- No, porque yo no sabía si mi cambio iba ser autorizado, no quería ilusionarte. – con esto Heechul reaccionó. ¿Había escuchado bien?

- ¿Cómo?

- Me mudo a Seúl. – dijo Siwon volviéndose hacia la pared del local, frente al que estaban.

En su mano rodaba una gran maleta de equipaje. Y una mochila que pronto se hecho al hombro.

- Mi compañero de departamento me enviara lo demás de mi equipaje, me traje solo lo necesario. – esas palabras, por el tamaño del equipaje, sacaron una sonrisa de los labios de Heechul.

- Seguro que solo es lo necesario. – se burlaba Heechul.

- Oye, no estaba seguro si tú me ibas aceptar en tu departamento. – se disculpaba Siwon.

- Hare algo mejor que eso. – y colgándose de nuevo del cuello del más alto, busco sus labios en un nuevo beso -. Bienvenido a Seúl Siwon.

Heechul sonrió de la misma manera en la que Siwon sonreía, y con seguridad tomó su mano mientras sus miradas se encontraban cómplices, y tomaron camino a la que seria su nueva vida.

FIN.

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